jueves, 11 de diciembre de 2014

Jardín de Mitilene

Sufriendo las llagas invisibles
las que verdaderamente duelen.
Grilletes en los tobillos
pero la venda en los ojos
y la coraza en el corazón.


Dormimos desnudos
a kilómetros de mar y tierra,
futil desencanto
que no apacigua las mareas.


Y no ocurre nada
ni la libertad ni el amor
no hay miedo, nos exageramos,
¿que más queremos si no?


¿Iremos cambiando?
¿Seremos los mismos
que cuando nos rescatamos?


Dormimos desnudos
pero estamos deshechos,
a kilómetros de mar y tierra
inmóviles dormimos.

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