miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nos falta el suelo

Estrújame fuerte cuando caigamos.
Agárrate a mis huesos enteros.

Engánchate.

Asume como nos prensamos
entre el desvanecimiento
y la más intensa de las locuras.

Aferrémonos
al espacio de nuestros gritos.

Que las andanadas
vayan en las miradas.

Que nadie pensó,
que nadie imaginó nada.

Y ahora me atrevo a decir,
esta vida no será nada
si no nos caemos hasta el fondo.

Albores

La memoria es un bálsamo, ella lee mis poemas.
Está silencioso el aire, mis contradicciones viven en sus latidos.
El universo quedó inmóvil en aquel beso rodeados de frío.
El universo quedó inmóvil y vacío.

¿Habrá nevado esta noche al pie de la sierra?

Me acurruqué esperando que alguien trajera
un espejismo de ti,
para seguir con las palabras.

Esperaba algo que me hiciera sentir mejor,
solo recordaba
nuestros dioses paganos.

El templo al lado del mar.
Tus ojos cerrados.
El segundo en el que titubeó la llama.

Me siento griego.
El aire se aviva las noches
suspendido entre lamentos.

Oh, polvo de fuego.
¿Dónde estoy?

Se me amoratan los labios
de besar ocasos en los
acantilados.

¿Dónde estás?

Prosigo entre la incertidumbre oscura
y recuerdos de mi experiencia.

Más que amor
te mando mi apetito.
Necesito adorarte,

Suspiros estériles,
incoherentes y nebulosos.

Deseo tus márgenes incompletos
a deshora,

Tu demora en el placer.

Procuro ser el estímulo
que sondee tus riberas.

Aquel que descifre
tu fondo más
impenetrable.




Feliz culo dos mil quince

Feliz culo dos mil quince.
Desde la plataforma petrolífera más absurda
despegué una vez con un helicóptero
hasta una isla desierta.
La angustia era menor estando solo que adentro de la civilización.
Al menos aquí no hay internet ni teléfono
y puedo pensar en lo que me sirve.

La supervivencia.

Acumularé experiencias solitarias y mi cerebro dirá lo que tenga que hacer, nadie más.

Feliz culo dos mil quince.

Ojalá ningún ansia me haga volver a equivocarme.
¿Sabré asumir lo que me pareció complicado?
Obviarlo. No negarlo.
Esto es más duro cuando nos lo hacemos difícil.

Maldita enfermedad.
Aturdido.
Odio.
Mentira.

Feliz culo dos mil quince.

lunes, 29 de diciembre de 2014

En Hesperia

La mañana de invierno alarga las sombras. Amo la claridad de este día desde mi atalaya de voyeur. Camino y mientras tanto pienso que la posesión es lucha que el placer es obsesivo y que, entonces, la posesión vuelve a ser una mentira. Ahora, el latido de las venas se hace más constante, busco un sentido a lo que pienso, reviso alacenas de mi memoria para volver a ver objetos que me recuerden a ti, que huelan a tu esencia.
Las esperas se alargan indefinidamente, el agua corre por un jardín entre naranjos, La mañana va ocupando poco a poco tu cerebelo de mitos y de luces. Pasaron minutos, me senté a escribir. ¿Qué hacer si tu fragancia está en todas partes? ¿Por qué te descubro en el movimiento de las hojas?
No hay pastillas para aletargarme, el cerebro es un bucle de universos.
Gime, te oigo.
Aúlla, voy detrás en el camino donde las sombras son más extensas.

domingo, 28 de diciembre de 2014

Mar otra vez

Te observo enloquecida paseándote por mis sueños. Me va a dar algo o quizá solo es mi cerebro de los trece años. Eres lo que más deseo. Te manipulo y me anego o me ahogo, la semántica o los significados oscuros de las palabras. No tengo secretos para ti, lo sabes todo, confieso que lo sabes todo de mí. Miro tus fotos, ahogo una blasfemia en mis dedos, miro tus ojos. No me reconduzco pero tengo cierto alivio. Un verdadero alivio que sangra por todas partes. Ya no paseo ni corro como hacía, tomé la perspectiva de la ilusión y creí que podía hacerlo pero lo abandoné a los tres meses, no llegué a acabar el año.

Te observo en maniobras, en embites, en posturas, en piel, en la sangre detenida, en la sangre que fluye más rápido. Me encandiló tu alma, me fascinó tu ser, trato de sacar la cabeza del mar, quiero dejar de ser un pez pero no sé que quiero ser. Quiero dejar de ser un pez o dejarme caer hasta los fondos esos que llaman abisales y donde no llega la luz, como a ti te gusta, en penumbra y que brillen los ojos o que se sientan las agallas o ....
Es una locura.

No puedo describirte. No me llegan tantas palabras a la cabeza, no lo considero importante, es lo que hay, es lo que somos.

Lo que quiero no puedo hacerlo y lo que no quiero hacer lo hago. Debería vivir en el hotel de El Resplandor a ver si consigo escribir la novela de mi vida y luego quemarla para renacer de mis cenizas, al menos ser un retazo, unas frases bien escritas, un trocito estrecho de cielo donde poder ver un azul diferente.

Un azul con el mismo tono de tus ojos.

La garganta se me seca, es como si estuviera en tu lugar, es como si llegara otra pequeña muerte sin haber podido beberme la vida. Tu vida.

Un poco de relajación. Una habitación caliente. Una bañera enorme con espuma hasta los bordes. Un silencio y un prolongado movimiento cadencioso bajo el agua, conociendo los lugares donde la humedad no es un secreto. Reconociendo tu cuerpo. Hurgando en los recuerdos, tus palabras me llevan a todos los lugares donde no hemos estado, nuestras charlas, nuestras vidas de segundos, de verse una vez al año, de prolongar cafés sin solución de continuidad, de escondernos tras las penumbras de jardines fríos, de revolvernos en un instante entre un beso y unas manos que llevan años enloquecidas buscándote.

Y ya es de noche y sigo solo.
No veo las estrellas pero tampoco salí a buscarlas ni a mirarlas, no miro al cielo.

Te veo otra vez viniendo, otra vez, aúllas, gimes, enloqueces, fulgurante vas rápidamente por los bordes, por las alturas, te quiero, te amo, pero mis ojos me fustigan de nuevo, ohhh tu piel blanca enrojecida, tus piernas, tú, tú, tú.

Otra vez.

El mar otra vez.
Ese mar donde me acuesto esperando no respirar de una vez.

WHAT I CAN DO

Defraudo.
Instigo.

Observo y no analizo.

Destruyo.
Invoco.
Adoro.
Embisto.

No analizo.

Como.
Bebo.
Inhibo mis buenas costumbres.
Reivindico.

Fustigo sombras.
Me río de las nubes.
Espero en avenidas (repletas)
un buen augurio.

WHAT I CAN DO

viernes, 26 de diciembre de 2014

La visita

Una calle atestada de sombras, deformaciones provocadas por la retina, reflejos del ojo en los brillos sutiles sobre las piedras envejecidas. Debe ser primera hora de la tarde en primavera, la luz pasando el cenit del cielo, el alma se relaja profundamente. Quisiera que la lluvia me sorprendiera paseando por este lugar, intentando poner en orden mis pensamientos ó simplemente notando cada paso que doy como cobra sentido, al menos, un sentido limitado a mi existencia. Me gustaría narrar mejor las sensaciones que llenan mis sentidos pero estoy demasiado a gusto. Debería abandonarme por completo, mi cabeza vuelve a llevarme hacia ti.
Estoy demasiado a gusto aunque no llueva, mi sombra se va alargando con los minutos, trato de jugar con ella. Alguna sombra que entreveo creo que me mira pero sigo en mi estado indefinible, absolutamente propio y personal.
No sé si seré el único visitante del cementerio en primavera.

Nada más

Intenté poner la cabeza en blanco
pero no servía de nada.
Encima de los hombros, pensamientos,
arremolinándose
como en una termomix.

Aguanté una arcada en un jardín solitario.

Nulla dies sine linea,
me dijo un pájaro con forma de ave,
y yo no le creí,
pero le dejé hablar.

No vi ninguna nota entre las nubes
y el pájaro subió volando hasta mis sueños.

Me sentía ahora estupendo
pero el suelo era mi horizonte
tarde o temprano.

A veces los sueños
entraban en el día a día
labrando miradas detrás de espejos,
sonriendo con el pelo encendido,
investigando sin papeles por el encuentro
de estos mundos primarios.

Nulla dies sine linea,
y yo le creí con fe inusitada.

Mi vida la traen los pájaros.
seguí después
sin creer.

Parece que amanece,
no te emociones,
no es más que otro día
para tu voz, para tu cuerpo,
pareciera que asumo algo.

Obviemos sufrimientos
esto solo dura un rato
nada más.


jueves, 25 de diciembre de 2014

El día arriba y abajo

La tristeza es una pérdida de tiempo.
Las personas se definen por sus hechos.
Las palabras pueden engañarte...

Los niños juegan con las madres enloquecidas.
Supongo que acatar la vida es lo mejor,
no sé si queda otro remedio...

Sigo soñándote aunque mire a otro lado,
el silencio se hace calor.
Me quedo mirando el sol de la mañana casi fría.

Obvio a la marabunta que nos arrebata los sueños.
No sé si seguiremos buscando ese cielo
que nos prometimos,
pero sigo soñándote
y te escribo desde muy adentro
en mis bosques azules de invierno.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Poesía e historia

Somos expertos en esquivar al dolor,
(la poesía es un paréntesis
en una sima sin aire)
¿La poesía? ya se sabe,
mucha menos experiencia
y más viento entusiasta
que no arrasa los pensamientos fríos.
¿Simas sin aire?,
poco a poco la función social
hizo su trabajo.
Cuatro días
pero los recuerdos
parecen vaciarse en la memoria.
No hay justificantes para dar el paso,
no hay más que hacer y hacer y hacer,
escuchar o pensar o meditar
vale menos que una docena de huevos.

Somos expertos en esquivar al dolor
pero parezco un muerto vivo
después de arrasar historias con napalm.

¿Poesía e historia?
Esto es pan comido,
asimilado,
deglutido,
la muerte nunca llega en el momento
preciso.

martes, 16 de diciembre de 2014

Otro día igual

Se pone el sol sobre los barrios tristes.
Y algo de luz se filtra por las ventanas llenas de lágrimas.
Otro día igual para ti,
mirando el descampado lleno de heces.
Pero te gusta esta luz a esta hora del día
sobre la vieja fábrica descolorida
sobre la incertidumbre
de lo que sucederá mañana.
Es igual pensarlo,
disfrutas como comprendes
los restos del sol.
Es otro día igual para ti.

Entender

Andando por las aceras
tuve tiempo de que se me rompiera
tres o cuatro veces el corazón.

Deseos tamizados de venganza
pero con el corazón roto
solo remuevo la tristeza.

Devorando la pena
para dormir horas
y no recordar nada.

No recordar
quién me eligió
o si yo elegí alguna vez.

Me seducen las horas
en que ya no tengo motivos
para pensar en nada.

Desvanecerme
en el equívoco
o en habitaciones de color.

Me fulminan
las estrategias
de los caracoles.

Esconderse
de lo no entendido.

Pese a tantas cosas
quiero saber vivir.

Incluso entender
mis viejas palabras
que se abandonaron
en cajones.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Si me alimentara los lunes

Los lunes nos da
por mojarnos con la lluvia.
Nos gusta mirar el cielo azul
que se emulsiona.
No hablamos,
sonreímos a veces,
nos gusta permanecer
en las esquinas.
Hay fases en los días,
cigarros mal apagados
y miradas inmisericordes.

Los lunes nos da
por mojarnos
bajo las nubes.

Esto es tan triste
que no parece un chiste.

Ay,
si solo
me alimentara de palabras...

No es común

No es común llorar en público
pero es inevitable llamar al corazón
sin ironía y sin paz.

Sentirse muy mal,
no haber tenido nada entre las manos
es mucho peor.

Yo al menos te tuve.

Mal pero te tuve,
con el amor romántico
y la soledad kalinixta.

No es una broma,
es muy triste
poder enloquecer de amor.

Dime,
¿quién podrá decir
que nunca estuvo así?

viernes, 12 de diciembre de 2014

Piedras solitarias



Tengo taquicardias serias.
No sé explicarte más.

Mata. 
Asesina las rosas románticas
sin color de la fiebre.

Somos amantes o asesinos.
Pero no podrán detenernos
ni siquiera mañana
cuando no
manifestemos nada.

Otra vez igual
volver a empezar
cambiar el molde de mí mismo.

si todos hablamos y no convencemos
si todos queremos y no pensamos
si ni pienso ni quiero

fueron mentira las alabanzas
las mezcolanzas de sabor falso
labios perdidos hambre
no sé
menudo desastre incompleto.

Cuando las palabras quedan bajando
hasta el fondo de un pozo
hastiado
de líquenes.

No puedo ni llorar ni estar más triste.

Tú sabes de colores y de lágrimas.

Tú sabes de muchas cosas
y yo no sé de casi nada,
el corazón está embadurnado
de
simas.

Me haces daño,
realmente me estoy muriendo,
me hago daño.

Mata. Asesina.
Distorsiónate conmigo
con el frío de mañana.

Sabes como te quiero Universo.
Trágame.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Jardín de Mitilene

Sufriendo las llagas invisibles
las que verdaderamente duelen.
Grilletes en los tobillos
pero la venda en los ojos
y la coraza en el corazón.


Dormimos desnudos
a kilómetros de mar y tierra,
futil desencanto
que no apacigua las mareas.


Y no ocurre nada
ni la libertad ni el amor
no hay miedo, nos exageramos,
¿que más queremos si no?


¿Iremos cambiando?
¿Seremos los mismos
que cuando nos rescatamos?


Dormimos desnudos
pero estamos deshechos,
a kilómetros de mar y tierra
inmóviles dormimos.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Orfeo

Estaría muy bien ser un dios algunas tardes,
Orfeo sin duda
tañendo la lira,
o retomar hábitos malsanos
cuando con Kavafis
aún no hayas decidido pararte a meditar
en ningún mirador apropiado a tu nueva forma de vida abstracta.

Estaría muy bien sí,
pero ahora parece que casi sufres.
No adelgaza el córtex,
no se consumen las grasas animales.
Bien cierto es
que parece indolencia más que otra cosa
este insensato sufrimiento de ir contra uno mismo.

Otros hábitos de introspección,
otros santos chakras abiertos
después de cuatro o cinco lecturas
de las que recuerdas otras tantas frases.

No es bueno pararse meditabundo
por los rincones.
Estaría muy bien saber tocar la lira.
Y no preocuparse de ninguna ruleta
ni pensar jamás en el suicidio.

Ser un dios debe ser más fácil
que fontanero,
es difícil no poder saberlo
porque aquí
lo máximo es ser Rey
por haber nacido,
como si la obra de Madoz
hubiera sido en balde
y nuestros sueños revolucionarios
se hayan quedado en trances
olvidados y en ninfas que huyeron
ante nuestras descuidadas barbas
y nuestros pelos lacios, informes.

Ay, estaría bien ser un dios,
cualquiera,
y no preocuparse de llegar
al final del día.
Provocar arco-iris
siempre que la melancolía fuera
extrema.
Hacer desaparecer islas
cuando no hubiéramos dormido
lo suficiente.

Lástima que solo podamos
aspirar a mirar cuadros
en museos
con algunos guiris
que se perdieron a la hora de la siesta.

Algún cuadro de Orfeo
tocando la lira.

martes, 9 de diciembre de 2014

Bochorno

Solamente un fiasco
resultó
la experiencia.
No te dio argumentos
para mejorar castigarte
permanentemente
en todos los ámbitos.
El destino es
demasiado extraño.
Me preocupo
inmóvil
todo parece moverse
yo soy una laguna
colmatada por el progreso.
Alegría sin teatros.
Convencimiento de lo exacto.
Haz que crea en lo parezco
lo que soy
aquello no fingido.

Insanas respuestas
a tu alegría pertinente.

Una vez más quise
desaparecer dentro
y conseguí apagarte.

Escucho a las plantas...

domingo, 7 de diciembre de 2014

Te espero (con flores amarillas)

Me pongo serio
pero me aburro en seguida.
Tus pechos revolucionarios
ocultan corajes.
Te miro
con ojos prístinos
de cadenciosa humedad.
Jamás lo dejé de hacer.
Y ahora cuando vuelvo
a casa caminando kilómetros
te escribo
desde una parada de taxis
llena de luces verdes.

Me pongo serio.
Camino deprisa.
Me sienta bien la noche.
Me lo he pasado bien.
No hice nada (malo).
Y a pesar de todo
me siento bien.


se me curó
el desgarro

me llené de flores

prefiero sonreír
a tus pechos revolucionarios

invencibles

(te espero)

Halcourier

Fundí los plomos
en el momento de mayor 
EUFORIA.

Subí el volumen,
busqué tus huellas,
miré cables,
pero no sabía nada
de
MATERIA.

Intoxicado
de ideas prestadas.
Las legañas
en los ojos
forman termiteros.

La palabra
cobra fuerza
después
de que posiblemente
hayas
MUERTO.

Tú. Yo.
Ambos.
Maldita radio vieja.
Malditos alambres.
Malditos teléfonos.
No todo es ausencia.

Fundí los plomos.

Una piedra rota

Una piedrarotauncuerpounaireunasombra.
Tu sonrisa mientrascaigoalegorías
que no llegamos a entender.


Peronosdesnudamosenlaterrazaelaire
elalientoquemirasangres,
solamente el aire.


Una piedra rota lanzada a la cabeza rota del policía roto.
Una extraña sensación de felicidades unidas a lo que comprendo,todavía.
Las ganas de fumar
y olvidar el recitativo,improvisamos
con nuestras sombras
aletargados hacia el oeste,
medio danzamos.


Dormimos muchos años
hay que estar despierto
para hacer
cualquier cosa,dormimos más
que aquella del cuento falsario.


La princesa de todos los cuentos
que mató nuestra infancia
completamente obstruida.


La suerte
es que hemos olvidado
que estamos paralizados,
que no somos más que sombras,
que los listos no son los que más saben,
que las teorías se crean después de las derrotas.


Hemos olvidado también
que tenemos cuerpos
que alimentar,y que queremos desahogarnos
y apretarnos más la cadena que forma un hilo de sangre en nuestros cuellos.


Tú,solamente yo,podríamos ser una esperanza.
Pero no creo en la esperanza.
Ni en la fe.Ni en la palabra.
Me sabe mal decir
que creo en la piedra
y que aún tengo alas,solamente el aire,
dominamos las sombras del mediodía.

Hey Jude

Con los ojos estremecidos
entra el Hey Jude
en mis oídos.

Pestañas que se juntan
y se humedecen,
¿crees llorar?
No, sólo estás viviendo.

Mis pupilas
como si vieran hablar
a un mar lejano,
se ensanchan.

Pienso que das vueltas
en una gota
de mar.
Y caes
sobre
mi pecho.

Con los ojos enternecidos
miro el mar oscuro
del puerto.

Las cenizas
de todos los cigarros
de todos los vivos
y de todos los muertos.

Las pequeñas olas
parecen risas
intranquilas.

El silencio insólito
abruma
cuando te rodea
el cielo.

No sabes que hacer.
No te espera nadie en casa.
Piensas en ella,
es Jude.

Imagina que la encontraras esta noche...

¿Mirarías al tirano arder en la hoguera?

Una marcha fúnebre giraba los relojes en la lluvia finísima.
Mirad la noche 
los chalados ciegos por las plazas y los bares.
Pero nunca tuve más miedo
que cuando aquella función de marionetas de niño.
Todos los libros del parque
teníamos la mirada oscura.

Llueven los cánticos.
Viniste y te fuiste en un instante.
Tu visión por los aires se marcha.

Me rozo la cara a ver si he llorado,
no lo sé,
y aún no sé si he llorado.
No hay horas solemnes,
hay días menos tristes que otros.

¿Desear es rezar?
Necesito ayuda de las ninfas o de los espíritus.
O tal vez de ti,
que no sé siquiera si te conozco.

A veces quisiera reinventarte
pero no serías tú.

Hay días menos tristes
que los relojes en la lluvia
y los chalados en los bares
levantando espejos,
esnifando y bebiendo y fumando,
intentando encontrar "sueños"
o perderse en recuerdos
que no se recuerdan.

Quisiera reinventarte,
necesito ayuda,
me rozo,
callo,
la lluvia y la luna
y lo que no es vida,
todo junto y aletargado,

Ninfas o espíritus,
te veo desaparecer,
sueño que esto es el fin.

Desperezando la conciencia

No quiero fumar.
No lo echo de menos.
Aunque creo que si lo analizo más o menos profundamente
me da igual fumar que no hacerlo,
son perspectivas que impuse a mi cerebro
entre la ilusión y la locura.
Más bien locura.
Yéndome. 
Cierto lo sé.
Cierro los ojos y comprendido en lágrimas reviso las nubes con forma de llamada.
Es una mescolanza de ternura con tierra y con amor y en la boca se hace grande.

¿No oyes las palabras del cielo?
¿No has dejado de pensar para convertirte en lirio?

Yéndome.
Totalmente lo sé.
Cierro los ojos
y no duermo
y los pensamientos forman columnas y ciudades
no hay hojas secas
no hay arrabales ni arreboles
no hay cementerios góticos
ciudades feas horribles como para la no-existencia
como la no-existencia
como la no-existencia
y piensas que es por el trabajo o por el cansancio
o por nada
intentas intuir pero es inútil
entreabres un ojo y buscas una lucecita en el móvil.
No hay nada.
No.
Entreabres...
hasta eso te parece iluso,
se entreabre una puerta no un ojo,
en fin, en eso cavilas
y ni siquiera tienes frío.

Desnudo tratas de dormir
te estiras te impones te aletargas
y cuando comienza a llegar la somnolencia
amanece
y tu mentira cotidiana se renueva con el sol.

Con el sol.
Con el sol
con el sol y la no-existencia.

No quiero fumar
pero tampoco
quiero seguir sintiendo como muero,
¿qué tendrá que ver?
¿qué tendrá que ver?
¿qué tendrá que ver?

Maúlla la gata,
derramó su agua tibia,
quiere comida o pienso,
qué curioso,
no tiene tanta importancia esta conciencia.

P.D
Besos y abrazos para los insomnes amantes que se desperezan y no han pensado todavía en fumar ni siquiera en ducharse.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Sinsabor

Oigo un reloj diminuto entre ojos semiabiertos.
Un tic-tac que parece de miedo.
Mirando la luna se me quemó el refrito insomne de los días.
Un sabor desolado que me destroza la garganta.

Tengo preparada el arma.
Tengo a punto el sol.

El radar se me antoja un ladrillo,
oigo el reloj de toda mi vida,
hay un niño rezando.

Otro sabor desolado
que eleva el recuerdo de viejas nubes.

No te columpies más niño,
sabes que siempre acabarás mareándote.

No quieras ser otro ángel caído
ni siquiera un balano
o una serpiente.

El sabor se pierde,
tacto de tic-tac,
miradas de sol tocadas con fagot.
estremecidas carnes a la hora de la granada
que te desmembra.

El sabor se pierde,
ya no sé si me queda garganta
o si las tristes nubes
en realidad son fantasmas.

El sabor se pierde...

viernes, 5 de diciembre de 2014

Loco por el cine de autor que acaba bien y por los guiones de Azcona

Fastuosas orgías sobre el altar del arte.

La libertad de espíritu habitual a los grandes actores.

Concluida la tarea del día queda desierto.

Tal vez los talleres técnicos prosigan por la noche su labor, y, acaso a uno o diez kilómetros el tumulto diario se prolongue todavía en una fiesta oriental.

Este silencio y esta impresión de abandono se recuerdan concienzudamente en la canción de los amantes que se entregan desde el abismo.

Me estoy volviendo loco, me estoy volviendo loco, es una pesadilla esto. Esto y aquello. Y lo otro y lo suyo que es tuyo.

Raw power!!!

Me hago un disfraz de luna inquieta y te alumbro no serenamente.

Solamente Loco. Loco. Loco. Loco. Loco.

El jardín que reverdece después de haber sido arrasado,
llenado de sal,
llenado de odio,
se vuelve incandescente y los brotes amarillos refulgen
la vida es un agujero en el que de cuando en cuando te esparces y te vacías.

De vez en cuando más loco aún, ay.

A veces la vida no va en círculos, ni importa la balanza.
Ni te planteas aquello del destino-desatino.
Me gustaría decir a dios que me enviara un ángel, como dice la canción.
Pero el único dios en que creo tú sabes qué es.
Una sencilla cosa que alimentar para el espíritu.

¿Será el amor?

¿Seré muy en el fondo un romántico enamorado?
¿Será una coca-cola que pierde el gas en cuánto la abres?

¿Seré tus ojos?
¿Seré los míos?

Solo deseo que la película acabe bien.

Triste holgazán

Te juro que no me gusta ver como sufres.
Tú no estás al borde.
Los dos hablamos sin tacto a veces.

Y como todo el mundo
algún día morirás
y no habrá pasado nada.

¡Vaya ocurrencia!

Happyness.
Whatever.

Estoy muy triste
y no habrá pasado nada
por que yo esté triste.

No es medianoche
pero es otoño
sales de la ciudad
y lo negro se llama de otra forma.

Se llama
obscuridad horribilísima
obscuridad de santas compañas buscando un "pico".

A las 19:40 se hace presunta la noche.
El libro de ilusiones o de muertos o de nada o
(cállate la boca de una vez, pesado.)

Deberías hacer caso de la gente que te quiere.

Deberías
no haberte escapado aquel día del sueño.

Una canción no escrita

Quiero vivir, existir
navegar por las estrellas
loco loco extraño
en la medianoche
y que sea 1969
y no haber nacido todavía
ser un nonato
y no vivir en Ohio
no ser una mujer
tampoco ser una chica
ser una palabra no escrita
una piedra no redondeada
un cielo no azul
en esas horas donde parece que la luz
venga desde el Ordovícico
por la parte de Laurentia.

Quiero volver a donde no estuve nunca
y permanecer
navegar por las estrellas
loco extraño
en la medianoche.

Deseo tu piel

Lo siento
cuando el aire 
se levanta
y el mar vuelve a ser espuma.

No puedo
aguantar
las palabras en el corazón.
No quiero silenciar el alma.

Lo siento
cuando escondo
el beso y el deseo.

Cuando tú no estás conmigo.

Ojo sin espejo

Hay un ojo
enloquecido
en el espejo.

Nadie está enfrente.
Todos se fueron hace días.

Hay un ojo
enloquecido
dentro de tu frente.

Ojo sin lágrimas,
ojo de reptil,
llamadas que haces en la madrugada
sin esperar encontrar a nadie,
sin esperar encontrar a nadie.

Hoy un ojo
enloquecido
en el espejo,

si fueran los años 70
ya estaría muerto.